¡A bailar! México se une al Día Internacional de la Danza con historia y tradición

Cada 29 de abril, el mundo conmemora el Día Internacional de la Danza, una fecha instituida en 1982 por la UNESCO y el Instituto Internacional del Teatro (ITI) para celebrar la danza como lenguaje universal y herramienta de transformación social. Este año, México se suma a la fiesta global reconociendo su papel histórico como tierra de danzantes, donde el movimiento corporal es sinónimo de identidad, resistencia y memoria colectiva.

¿Por qué se celebra el 29 de abril?

La fecha rinde homenaje al natalicio de Jean-Georges Noverre (1727-1810), coreógrafo francés revolucionario considerado el padre del ballet moderno. Su legado impulsó la danza como arte narrativo, alejándola de los rígidos esquemas cortesanos. Desde entonces, la efeméride busca visibilizar la diversidad dancística y su poder para unir culturas.

Danza: raíz y espejo de México

"En México, la danza no es solo arte: es un acto de resistencia, un ritual comunitario y un archivo vivo de nuestras raíces", destacó Claudia Lavista, directora de Danza UNAM, en entrevista. Desde las ceremonias prehispánicas hasta el folclor regional, el breakdance urbano y las propuestas contemporáneas, el país alberga más de 300 expresiones dancísticas reconocidas por el INBAL.

Este 2025, el lema global "Danza para la convivencia" resuena en un contexto donde colectivos mexicanos usan el movimiento para abordar temas como migración, violencia de género y ecología. Ejemplo de ello es el Festival Nacional de Danza Comunitaria, que este año reunió a 50 grupos indígenas y urbanos en Oaxaca.

Tongolele y la danza como patrimonio popular

Como parte de las celebraciones, la Secretaría de Cultura de la CDMX rindió homenaje a Yolanda Montes "Tongolele" (1928-2024), ícono de la danza tropical, con una coreografía masiva en la Avenida 20 de Noviembre. Más de mil bailarines revivieron sus emblemáticos pasos al ritmo de Son Montuno, recordando su papel en la democratización de la danza en espacios públicos durante el siglo XX.

"La danza callejera es patrimonio: en plazas, mercados y vecindades se teje nuestra historia", afirmó Ana Francis Mor, secretaria de Cultura capitalina. El evento incluyó la participación de clubes de baile de México y Estados Unidos, evidenciando cómo este arte trasciende fronteras.

El desafío actual

Pese a su importancia, especialistas señalan retos: según datos del Censo Nacional de Danza 2024, solo 12% de los municipios del país cuenta con espacios dignos para su práctica. Organizaciones como Danzantes Unidos A.C. exigen políticas públicas que garanticen el acceso a la formación dancística, especialmente en comunidades marginadas.

"Bailar es un derecho humano", subrayó Lavista. "En un país con tanta diversidad como el nuestro, la danza debe ser puente de diálogo, nunca privilegio".