Día Mundial de la Alimentación; Superalimentos en México

En el Día Mundial de la Alimentación y mundo de la nutrición, el término "superalimentos" suele evocar imágenes de productos exóticos y costosos. Sin embargo, especialistas internacionales y la herencia culinaria mexicana coinciden en una verdad simple: los auténticos superalimentos son con frecuencia ingredientes comunes, accesibles y mínimamente procesados que han formado parte de la dieta tradicional desde hace generaciones, pero que han sido subestimados por la cultura moderna.

La búsqueda de estos productos "milagrosos" a menudo nos lleva a recorrer el globo, cuando la solución está, literalmente, en nuestro patio. Como en la leyenda hassídica del hombre que viajó lejos buscando un tesoro que siempre estuvo enterrado en su propio jardín, los mexicanos tenemos a nuestro alcance una biodiversidad nutricional excepcional. El nopal, la chía, el amaranto, el cacao y el maíz no son solo base de nuestra gastronomía, sino ingredientes con densidad nutricional comprobada que el mundo ahora redescubre.

Los verdaderos superalimentos

Un superalimento genuino se define por su alta concentración de nutrientes, accesibilidad y respaldo científico, no por campañas de marketing. Ocean Robbins, coautor de "Los Verdadeiros Superalimentos", señala que "no se trata de exageración, sino de nutrición. Son alimentos genuinamente repletos de nutrientes que apoyan su salud y vitalidad".

Ejemplos perfectos son el brócoli, las frutas rojas, las lentejas o la batata, este último descrito por Robbins como una "potencia nutricional en una embalagem humilde" por su riqueza en fibra, betacaroteno y carbohidratos complejos. Estos alimentos, muchos ya presentes en la cocina mexicana tradicional, compiten contra la creciente oferta de ultraprocesados que dominan los espacios comerciales.

🌾 La riqueza alimentaria de México

México posee una posición privilegiada en el panorama de los superalimentos, con una impresionante variedad de productos nativos de alto valor nutricional. Perú, país con similar riqueza biodinésica, ha identificado oficialmente docenas de estos alimentos, incluyendo granos andinos, frutas nativas, leguminosas y tubérculos. Esta diversidad representa una ventaja nutricional y económica para la región.

La espirulina, un alga verde-azulada con 60-70% de contenido proteico, era cosechada por los mexicas del Lago Texcoco, quienes la llamaban "tecuitlatl" y la consumían como combustible para viajes largos . Aunque su consumo disminuyó tras la Conquista, hoy experimenta un renacimiento en la gastronomía mexicana contemporánea, apareciendo en tortillas, tlayudas y cocteles de chefs innovadores.

🥗 El desafío actual

A pesar de esta abundancia, México enfrenta serios retos de salud pública relacionados con la alimentación. Según la Ensanut 2025, solo el 40% de los mexicanos cumple con la ingesta diaria recomendada de frutas y verduras. Esta situación impacta directamente en el aumento de enfermedades metabólicas como diabetes y obesidad, donde una alimentación deficiente es factor clave.

La solución, según los expertos, no está en buscar ingredientes extravagantes sino en valorizar los alimentos locales y la dieta tradicional. El epidemiologador Carlos Monteiro, creador del término "ultraprocesados", afirma que rescatar la alimentación tradicional - "esa que hoy llamamos 'comida de la abuela'" - es la verdadera fórmula para recuperar salud y bienestar.

🍽️ Hacia un futuro más saludable

Robbins recomienda comenzar por agregar más alimentos reales que nos gusten y construir desde allí: "Cuando su plato está lleno de cosas sabrosas y saludables, naturalmente sobra menos espacio para los ultraprocesados". Se trata de progreso, no perfección, dando un paso a la vez hacia una alimentación que realmente nutra.

Mientras el CIAD celebra hoy su 6° Simposio de Nutrición, Alimentación y Salud bajo el lema "Mano de la mano por unos alimentos y un futuro mejores", los especialistas reiteran que la respuesta a muchos de nuestros desafíos nutricionales modernos puede estar en redescubrir la sabiduría alimentaria de nuestras culturas originarias y en la inmensa biodiversidad que México ya posee.