El Papa Francisco continúa en estado crítico mientras cardenales especulan sobre su salud

El Papa Francisco, de 88 años, enfrenta su undécimo día hospitalizado en el Policlínico Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral y una leve insuficiencia renal, confirmó este lunes la Santa Sede. Aunque se mantiene “despierto, alerta y capaz de moverse”, su pronóstico sigue siendo reservado tras una crisis respiratoria que requirió transfusiones de sangre y oxigenoterapia intensiva.

Según el último comunicado médico, el pontífice durmió bien durante la noche y continúa recibiendo tratamiento para controlar la infección pulmonar, descrita como “compleja” por involucrar múltiples microorganismos. La insuficiencia renal detectada el domingo está “bajo control”, aunque su condición general sigue siendo crítica.

Especulaciones y llamados a la prudencia

La gravedad del líder católico ha generado reacciones inusuales entre cardenales. Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, declaró durante una homilía que Francisco “probablemente está cerca de la muerte”, basándose en los reportes oficiales. En contraste, el cardenal alemán Gerhard Müller criticó abiertamente estas declaraciones: “El Papa sigue vivo; es momento de rezar, no de planificar un cónclave”, afirmó al diario Corriere della Sera.

El Vaticano organizó un servicio de oración en la Plaza de San Pedro para este lunes, liderado por el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado. Fuera del Gemelli, decenas de fieles se congregaron junto a una estatua de Juan Pablo II para pedir por la recuperación del pontífice, quien tiene antecedentes de problemas pulmonares tras una cirugía en su juventud.

Historial médico y contexto

Esta es la hospitalización más larga de Francisco desde su elección en 2013. En 2021 y 2023, fue intervenido por complicaciones intestinales y abdominales. Su actual cuadro, agravado por una neumonía doble —que inflama ambos pulmones—, ha limitado sus apariciones públicas, incluyendo la omisión del rezo del Ángelus por tercera vez en su papado.

Mientras el Vaticano promete nuevas actualizaciones, la comunidad católica global sigue atenta al desarrollo de su salud.