Alejandro Villegas, Gobernador de Durango se Declara "Claudista" y Anuncia Inversión.

En un hecho político significativo, el gobernador de Durango, Esteban Alejandro Villegas Villarreal (PRI), se declaró abiertamente "claudista" durante la visita de la presidenta Claudia Sheinbaum al estado, marcando una clara distancia del discurso de confrontación impulsado por la dirigencia nacional de su partido. Durante el evento de rendición de cuentas del primer año de gobierno, Villegas afirmó: "Presidenta, bienvenida a su casa. En Durango la queremos, tiene amigos, siéntase como con su familia. Y a pesar de que no somos del mismo partido, yo me identifico con usted y soy claudista, que no se les olvide".

La presidenta Sheinbaum correspondió al gesto de colaboración anunciando una inversión federal de 700 millones de pesos para un programa integral de producción de carne de alta calidad en Durango. El proyecto incluye la entrega de sementales bovinos, un fondo de crédito para engorda con tasas preferenciales y la construcción de Centros Integrales de Producción Cárnica destinados tanto al mercado interno como a la exportación. Esta iniciativa forma parte del Plan México y se extenderá también a Sonora (831 MDP) y Coahuila, con una posible expansión a Chihuahua y Tamaulipas en una segunda etapa.

El apoyo de Villegas a Sheinbaum no es un caso aislado, sino parte de una tendencia creciente entre gobernadores de oposición. Mandatarios como Libia Dennise García (Guanajuato) y **Teresa Jiménez** (Aguascalientes) también han expresado su disposición a colaborar con el gobierno federal, priorizando la cooperación interinstitucional sobre la confrontación partidista. Este acercamiento ocurre en un contexto complejo para el sector ganadero, afectado por el cierre temporal de la frontera con Estados Unidos debido a la detección del gusano barrenador en el sur de México.

La gira de rendición de cuentas de Sheinbaum por Durango también destacó los avances sociales en el estado: 830,532 personas reciben apoyos de programas sociales con una inversión anual de 14,299 millones de pesos, mientras que en obras de infraestructura se incluyen la construcción de la carretera San Ignacio-Tayoltita, siete caminos artesanales en la zona del Mezquital, y proyectos de vivienda y tecnificación de riego. Este modelo de colaboración interpartidista sugiere un reordenamiento en la dinámica política mexicana, donde la gobernabilidad y los proyectos de desarrollo regional comienzan a prevalecer sobre las lealtades partidistas tradicionales.