Trump rechaza reconocimiento de Palestina en la ONU

En un contundente discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas este martes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó de "recompensa para Hamas" la creciente ola de reconocimientos internacionales al Estado palestino, una postura que deja a su país cada vez más aislado de sus principales aliados occidentales.

Esta declaración se produce después de que, en los dos días previos, once naciones, incluidos miembros permanentes del Consejo de Seguridad como Francia y el Reino Unido, formalizaran su reconocimiento, elevando a 148 el número de países de la ONU que apoyan la estadidad palestina.

Trump afirmó ante el pleno de la ONU que "algunos miembros de este organismo buscan reconocer unilateralmente a un Estado palestino. La recompensa sería demasiado grande para los terroristas de Hamas por sus atrocidades". Estas declaraciones reflejan el firme respaldo de su administración al gobierno israelí y su rechazo a las iniciativas diplomáticas que ganan terreno a nivel global. Con las recientes adhesiones de países como Bélgica, Luxemburgo, Australia y Canadá, Estados Unidos se perfila como el único miembro permanente del Consejo de Seguridad que no reconoce a Palestina.

Un contexto marcado por la crisis humanitaria en Gaza

El impulso diplomático por el reconocimiento ocurre en medio de la catastrófica situación humanitaria en Gaza, donde expertos internacionales han confirmado oficialmente condiciones de hambruna. Organismos de la ONU alertan que al menos medio millón de personas enfrentan inanición, desnutrición aguda y muerte, una crisis impulsada por casi dos años de conflicto y graves restricciones al acceso de ayuda.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha sido claro al señalar que "la creación de un Estado para los palestinos es un derecho, no una recompensa”, subrayando la urgencia de un alto el fuego inmediato.

La postura de Trump y el escenario internacional

La posición de Trump va más allá de la retórica. Anteriormente, el mandatario había sugerido que cualquier decisión sobre una ocupación completa de Gaza sería "cosa de Israel", mostrando una política de manos libres que ha generado alarma en la comunidad internacional. Grupos de derechos humanos como Human Rights Watch han alertado que declaraciones previas de Trump sobre desplazar a la población palestina indican una intención de escalar una "limpieza étnica" en la franja.

Este enfoque contrasta radicalmente con el llamado de la mayoría de las naciones en la ONU, que ven en la solución de dos Estados la única vía para una paz duradera.

La 80ª Asamblea General de la ONU ha dejado en evidencia una profunda fractura en la política internacional. Mientras una abrumadora mayoría de países, incluyendo ahora a potencias europeas clave, apuesta por el reconocimiento de Palestina como un derecho fundamental y un paso hacia la paz, la administración Trump se mantiene firme en su alineación con Israel, apostando por la presión militar sobre la diplomacia en un escenario donde la población civil de Gaza paga el precio más alto.