Acusan a Claudia Sheinbaum de incitar protestas en Los Ángeles.

La secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, acusó este martes a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de haber instigado las recientes protestas en Los Ángeles contra operativos migratorios de ICE. Desde una reunión en la Casa Blanca encabezada por Donald Trump, Noem responsabilizó directamente a la mandataria mexicana: “Claudia Sheinbaum salió y alentó más protestas en Los Ángeles y yo la condeno por eso. No debería estar alentando protestas violentas que están ocurriendo”, declaró.

Las declaraciones de Noem se dieron en medio de un tenso contexto en California, donde las manifestaciones han derivado en enfrentamientos con la policía, quema de patrullas y más de una decena de detenciones. Por su parte, Trump respaldó el despliegue de 2 mil elementos de la Guardia Nacional, advirtiendo que su gobierno responderá con fuerza a cualquier agresión.

En respuesta, Sheinbaum negó haber convocado a protestas violentas. Desde su conferencia matutina en Palacio Nacional, la presidenta expresó su rechazo a los disturbios ocurridos en Los Ángeles y afirmó que su llamado se limitó a la defensa pacífica de los derechos de los migrantes ante un posible impuesto del 3.5% a las remesas, propuesto por legisladores republicanos en el Congreso estadounidense.

“Hicimos un llamado a que nuestros paisanos enviaran cartas o mensajes en redes a los senadores para expresar su desacuerdo. De ser necesario, habría movilización, pero nunca se habló de violencia”, aclaró.

Sheinbaum subrayó que las acciones violentas como la quema de patrullas “parecen más provocaciones que resistencia legítima” y pidió a la comunidad mexicana actuar con calma y evitar caer en confrontaciones.

En redes sociales, diversas figuras públicas y opositores como la senadora panista Lilly Téllez también acusaron a la mandataria de provocar la situación, aunque sus señalamientos carecen de sustento documental. El llamado de Sheinbaum, según consta en discursos públicos, se centró en el rechazo al impuesto a las remesas, no a las redadas migratorias.

La presidenta reafirmó el compromiso del Gobierno de México con la protección de los derechos de los mexicanos en el exterior y exhortó a las autoridades de EE.UU. a realizar sus procesos migratorios con respeto al debido proceso y a la dignidad humana.