Honduras sumida en un tenso "empate técnico"
- Ezeta News
- 2 dic
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Honduras amaneció sumida en una profunda incertidumbre electoral este lunes 1 de diciembre. El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció un "empate técnico" entre los candidatos derechistas Nasry Asfura y Salvador Nasralla, con una diferencia de apenas 515 votos tras escrutar el 57% de las actas. El impasse, que ha provocado la interrupción temporal del conteo, deja al oficialismo relegado a un lejano tercer puesto y coloca a la nación centroamericana en un escenario de máxima tensión política.

A la parálisis de los sistemas de transmisión de resultados se suma la pesada sombra de la influencia internacional. El presidente estadounidense, Donald Trump, interrumpió la recta final de la campaña el viernes pasado para instar abiertamente a los hondureños a votar por Asfura, a quien llamó "Tito", describiendo a su contrincante oficialista, Rixi Moncada, como "cercana al comunismo" y descalificando a Nasralla como "un aliado no confiable". Esta intervención, calificada por analistas locales como "indigna" y un regreso al concepto de "república bananera", fue coronada con un anuncio aún más polémico: un indulto total para el expresidente Juan Orlando Hernández, extraditado y condenado en Estados Unidos a 45 años por narcotráfico.
Mientras el CNE pide "paciencia y prudencia" y los candidatos punteros se autoproclaman vencedores en base a sus conteos internos, la atención se centra en el lento proceso de escrutinio manual. La ley hondureña no contempla una segunda vuelta, por lo que quien obtenga la mayoría simple de votos, aunque sea por un margen mínimo, será declarado presidente. En un escenario estadísticamente improbable pero legalmente posible, un empate exacto obligaría a un nuevo conteo y, de persistir la igualdad, a una elección de desempate en un plazo de 20 días.
La jornada del domingo transcurrió en relativa calma, contrastando con las semanas previas de denuncias cruzadas de fraude por parte de todos los partidos. El gran perdedor del día fue el oficialismo, representado por la candidata Rixi Moncada, delfín de la presidenta Xiomara Castro, quien apenas alcanzó el 19.16% de los votos. Analistas atribuyen este "voto castigo" al desencanto ciudadano por una gestión que no cumplió las expectativas, empañada por escándalos de corrupción y una política exterior cercana a gobiernos como los de Cuba, Venezuela y China.
Quien resulte ganador heredará un país con enormes desafíos, donde más del 60% de los hogares vive en condiciones de pobreza y la violencia política y el crimen organizado marcan la realidad diaria. La comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrolla este proceso, en el que la injerencia externa y la polarización interna amenazan con socavar aún más la ya frágil estabilidad democrática de Honduras.








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