León XIV lleva mensaje de paz a Líbano, país agotado por la crisis y la guerra

En medio de una atmósfera tensa por el conflicto regional y una profunda crisis económica, el papa León XIV arribó este domingo a Beirut, marcando la segunda etapa de su primera gira internacional. La visita, calificada por analistas como "una elección valiente", se da en un país sumido en una sucesión de crisis desde 2019, que incluyen un colapso financiero, la devastadora explosión del puerto en 2020 y la reciente guerra entre el movimiento chiita Hezbolá e Israel.

El mensaje central del pontífice fue un llamado urgente a la reconciliación nacional y a la permanencia. Ante las autoridades en el palacio presidencial, León XIV instó a los libaneses a "tomar el camino de la reconciliación" para cerrar "heridas personales y colectivas". Dirigiéndose especialmente a los jóvenes que han emigrado masivamente –se estima que 800,000 personas entre 2012 y 2024–, el papa destacó que "hace falta verdadero valor y visión de futuro para quedarse o para volver a su país".

La visita tiene un doble objetivo: fortalecer la coexistencia única del país y ofrecer esperanza a la debilitada comunidad cristiana. El Líbano, hogar del único presidente cristiano del mundo árabe, Joseph Aoun, basa su sistema político en un delicado equilibrio entre religiones, aunque los cristianos se han vuelto minoría. León XIV buscará relanzar el diálogo interreligioso, con encuentros previstos con líderes musulmanes y drusos.

Su apretada agenda durante 48 horas incluye gestos altamente simbólicos, diseñados para resonar con una población exhausta. El pontífice visitará la tumba del santo local San Charbel, rezará en silencio en el puerto de Beirut en memoria de las víctimas de la explosión de 2020 y celebrará una misa multitudinaria. Un encuentro con más de 12,000 jóvenes en el patriarcado maronita de Bkerké será otro de los momentos clave, buscando enviar un mensaje de futuro y esperanza.