Suspenden operaciones en el AICM por lluvias intensas; vuelos se ven afectados

La tarde de este lunes, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) anunció que, debido a las intensas lluvias que afectaron la visibilidad y provocaron encharcamientos, se suspendieron todas las operaciones de aterrizaje y despegue durante aproximadamente tres horas. Esta medida fue ordenada por autoridades aeronáuticas para garantizar la seguridad operativa del recinto.

El aeropuerto precisó que esta pausa permitiría llevar a cabo trabajos de desalojo de agua pluvial y recuperar su capacidad operativa con rapidez. Según datos del seguimiento de vuelos, Flightradar24 reportó que 66 vuelos tuvieron que ser desviados, incluyendo uno de American Airlines desde Nueva York que fue enviado a Dallas, y otro de Aeroméxico desde Orlando que fue derivado a Cancún.

El AICM pidió a los pasajeros mantener la calma y estar en contacto directo con sus aerolíneas, ante posibles reprogramaciones o ajustes en los itinerarios. Durante la noche, las operaciones comenzaron a normalizarse, y se reanudaron gradualmente despegues y aterrizajes.

Contexto adicional: ¿Por qué ocurren estos incidentes con tanta frecuencia?

La Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC) mantiene activas alertas climáticas. El pasado fin de semana, ya se habían activado alertas naranja y amarilla en distintas alcaldías de la capital, debido a lluvias intensas y posibles granizadas.

La Ciudad de México enfrenta retos estructurales recurrentes durante la temporada de lluvias, como saturación del drenaje, acumulación de basura y terreno montañoso que dificultan el flujo del agua. Estos problemas elevan el riesgo de inundaciones y afectan infraestructuras críticas, como el AICM.

Este tipo de suspensión opera como una medida preventiva que hemos observado en ocasiones anteriores (por ejemplo, en septiembre de 2024 o junio de 2025), cuando el aeropuerto cerró pistas o ajustó vuelos ante tormentas fuertes.

En resumen, la seguridad continúa siendo la prioridad y, aunque las lluvias causen contratiempos, la reanudación opera con prontitud una vez controladas las condiciones.