Trump autoriza en secreto acciones militares contra cárteles; Sheinbaum defiende la soberanía.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó de manera confidencial una directiva que autoriza al Pentágono a preparar operaciones militares contra cárteles del narcotráfico latinoamericanos catalogados como organizaciones terroristas.

Esta orden amplía el poder de su administración al uso de la fuerza en alta mar y en territorios extranjeros, marcando una escalada significativa en su estrategia contra el tráfico de fentanilo y otras drogas. Funcionarios están elaborando planes operativos, aunque aún no hay postura legal formal de la Casa Blanca, el Pentágono o el Departamento de Estado sobre su alcance y legalidad.

En contraparte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sostuvo que no existe riesgo de una intervención militar estadounidense en nuestro país. Afirmó que la orden no contempla el ingreso de fuerzas extranjeras y que cualquier colaboración se limita a inteligencia y cooperación desde territorio estadounidense. Además, en entrevistas previas, la mandataria reafirmó que “la soberanía no está en venta” y rechazó de manera categórica la propuesta de desplegar tropas en suelo mexicano.

Contexto y consecuencias

• En febrero de este año, Estados Unidos designó a varios cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, incluyendo al de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, Cartel del Golfo y otros.

• Estas designaciones legalmente no autorizan acciones militares unilateralmente, pero sí abren debates sobre posibilidades de intervención más agresiva.

• Analistas advierten que el uso del ejército podría agravar la crisis y violar derechos internacionales si no hay autorización o coordinación con el país afectado.

  
  

México refuerza su política de seguridad y cooperación

La postura del gobierno mexicano se mantiene firme en defensa de la soberanía nacional. A la vez, continúa una política de diálogo y colaboración; protegiendo el país y evitando una confrontación militar directa. Se refuerzan canales de inteligencia y se mantiene la cooperación bilateral sin comprometer los principios constitucionales de no intervención.