Una Atari de 1977 derrota a la inteligencia artificial moderna en una partida de ajedrez

Un experimento revela las limitaciones de ChatGPT y Copilot frente a una consola retro de hace casi 50 años.

La mítica consola Atari 2600, lanzada en 1977, logró vencer en una serie de partidas de ajedrez a dos de las inteligencias artificiales más avanzadas de la actualidad: ChatGPT de OpenAI y Copilot de Microsoft. El resultado, sorprendente para muchos, fue documentado por el ingeniero Robert Caruso, quien llevó a cabo el enfrentamiento usando el clásico videojuego Video Chess, lanzado en 1979 para la Atari.

La idea surgió a partir de una conversación entre Caruso y ChatGPT sobre motores de ajedrez. El chatbot aseguró que podía vencer fácilmente al antiguo juego de Atari, lo que llevó al ingeniero a poner a prueba su afirmación utilizando un emulador. Sin embargo, durante la partida, ChatGPT mostró errores evidentes: confundía piezas, perdía la noción del tablero y requería constante intervención humana para evitar movimientos inválidos. A pesar de jugar en modo principiante y con apoyo externo, la IA no logró ganar.

Copilot tampoco tuvo mejor suerte. A pesar de prometer un mejor desempeño que su contraparte, cometió fallas similares: perdió piezas rápidamente, propuso jugadas sin sentido estratégico y no logró mantener una representación coherente del tablero. Tras una breve partida, también fue derrotado por la consola retro.

El resultado evidenció una importante limitación de estas inteligencias artificiales. Aunque están diseñadas para procesar lenguaje y generar texto, carecen de la capacidad lógica, memoria persistente y análisis abstracto necesarios para enfrentar juegos deterministas como el ajedrez.

El enfrentamiento, más allá de lo anecdótico, subraya que la IA moderna aún no supera en todos los terrenos a tecnologías más antiguas, especialmente en tareas donde la lógica estructurada y el seguimiento preciso del contexto son indispensables. Próximamente, Caruso podría enfrentar a la Atari con Gemini, la IA de Google, en lo que promete ser un nuevo capítulo en esta peculiar saga tecnológica.