Día Mundial de la Obesidad: Un llamado a abordar una crisis global.

Cada 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, una fecha impulsada por la Federación Mundial de la Obesidad para visibilizar lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como una enfermedad crónica compleja. Este año, el lema “Pongamos el foco en los sistemas, no en las personas” busca desplazar la responsabilidad individual hacia factores sociales, económicos y ambientales que facilitan entornos obesogénicos.

Cifras alarmantes

Según la OMS, la obesidad se ha triplicado desde 1975, afectando a más de 800 millones de personas. En América Latina, el 60% de los adultos y el 33% de niños y adolescentes padecen sobrepeso u obesidad. Proyecciones del Instituto Nacional de Salud Pública advierten que, sin acciones efectivas, 4 mil millones de personas podrían vivir con esta condición para 2035, con un impacto creciente en la población infantil.

Más allá de las calorías: causas multifactoriales

El Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI) señala que, aunque el desequilibrio energético (consumir más calorías de las que se gastan) es clave, intervienen factores como:

• Dietas altas en ultraprocesados y azúcares.

• Sedentarismo (menos de 150 minutos semanales de ejercicio en adultos).

• Sueño inadecuado (menos de 7 horas diarias altera hormonas del apetito).

• Estrés crónico (libera cortisol, promoviendo almacenamiento de grasa).

• Genética (15 genes identificados) y medicamentos como antidepresivos o glucocorticoides.

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Impacto en la salud y prevención

La obesidad incrementa el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, cáncer y trastornos musculoesqueléticos. Para prevenirla, el ISSSTE recomienda:

• Dieta equilibrada con frutas, vegetales y proteínas magras.

• Evitar ultraprocesados, azúcares refinados y alcohol.

• Actividad física regular (60 minutos diarios en niños).

• Hidratación adecuada y horarios de comida estructurados.

Enfoque sistémico: la clave del cambio

El lema 2024 subraya la necesidad de transformar sistemas como salud, alimentación y urbanismo. “La obesidad no es solo falta de voluntad: entornos con acceso limitado a alimentos saludables o espacios seguros para ejercitarse son barreras”, destaca la Federación Mundial de la Obesidad.

Diagnóstico y atención

El índice de masa corporal (IMC) sigue siendo la herramienta principal para identificar la condición, aunque se complementa con medición de circunferencia abdominal o técnicas avanzadas. Síntomas como fatiga crónica, dolor articular o dificultad respiratoria son señales de alerta.

Conclusión

Expertos insisten en que un descenso del 5-10% del peso mejora parámetros metabólicos. Sin embargo, la solución requiere políticas públicas integrales, desde promover lactancia materna hasta regular la comercialización de alimentos no saludables. Como enfatiza la OPS: “Es un problema de todos, no solo de quienes lo padecen”.