Miles de filipinos exigen justicia en protestas masivas contra corrupción

Decenas de miles de filipinos salieron a las calles este domingo en protestas masivas para exigir el fin de la corrupción gubernamental, luego de que un escándalo de 9,500 millones de dólares en proyectos de control de inundaciones -muchos de ellos "fantasma" o de calidad deficiente- fuera revelado en el país, propenso a desastres naturales. Las manifestaciones, que incluyeron una "Marcha del Billón de Pesos" convocada por organizaciones religiosas, fueron en su mayoría pacíficas, pero derivaron en enfrentamientos aislados cerca del palacio presidencial de Malacañang, resultando en al menos 30 agentes heridos y 17 detenidos.

La indignación pública estalló después de que una pareja de contratistas, Sarah y Pacifico Discaya, mostrara en televisión su flota de autos de lujo -incluyendo uno valorado en 737,000 dólares- que supuestamente compraron con sobornos vinculados a los proyectos.

En una investigación del Senado, la pareja identificó al menos a 17 legisladores y funcionarios que habrían exigido sobornos.

El escándalo ha provocado una crisis política que llevó a la renuncia del presidente de la Cámara de Representantes, Martin Romualdez, y a la salida del presidente del Senado, Francis Escudero .

Contexto regional y reacción presidencial

Las protestas en Filipinas reflejan un descontento regional más amplio, con similitudes a los movimientos juveniles recientes en Indonesia y Nepal, incluyendo el uso de banderas del manga "One Piece" como símbolo.

El presidente Ferdinand Marcos Jr., quien había denunciado el escándalo en julio calificando la corrupción de "horrible", sorprendió al declarar que de no ser presidente, "quizá me uniría a ellos" . Marcos formó una comisión independiente para investigar las anomalías en los casi 10,000 proyectos de control de inundaciones iniciados bajo su mandato .

Un problema que roba el futuro

La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas respaldó las protestas, señalando que "La corrupción no se trata sólo de dinero robado, se trata de futuros robados: casas inundadas, tierras envenenadas, oportunidades desperdiciadas para nuestros hijos". La corrupción en la infraestructura crítica es particularmente grave en un país que enfrenta anualmente una veintena de tifones; el año pasado, seis tormentas consecutivas en menos de un mes causaron al menos 164 muertos.